Hace 30 años, la izquiera española vivía su mejor momento histórico. Un histórico jueves 28 de octubre de 1982, el PSOE se había alzado con la mayor victoria nunca vista en el país (y sin igualar), con más de un 48% de los votos y con 202 diputados sobre 350 escaños. Por si fuese poco, la principal fuerza de la oposición, Alianza Popular solo llegaba a los 107 escaños (aunque había experimentado un crecimiento del 970%, comiéndose políticamente a UCD), por lo que también se conseguía la mayor diferencia entre el principal partido y el segundo, 95 escaños. Tan solo medio año después, en las elecciones municipales autonómicas y municipales, el PSOE aumentaría su ya grandioso poder; consiguiendo las principales (y no principales también) ciudades españolas y 11 de las comunidades en las que había elecciones (todas menos Cantabria y Baleares).
Ahora, treinta años después, todo es totalmente opuesto, el PSOE se encuenta en su peor momento histórico, con unos apoyos que podríamos cifrar en un 28% (siendo optimistas), con el gobierno de sólo dos comunidades (Andalucía y Asturias, ambas por pactos) y venido de otra malísima noche electoral en Galicia (principalmente) y País Vasco (tema del que hablaré cuando tenga tiempo), y viendo otra a la vuelta de la esquina otra hecatombre en Catalunya, donde el PSC podría perder la segunda posición que atesora desde 1980.
¿Qué ha ocasionado tal desgaste, y lo peor de todo, no ver al horizonte una subida? Muy fácil de responder, una de las preguntas más sencillas a las que me he tenido que enfrentar en los últimos días. En 1982 el PSOE (o incluso en el 2004), da la esperanza de un cambio, de otra manera de hacer las cosas, de la construcción de un buen estado del bienestar (cosas que consiguió, aunque al final no fue muy bien en economía)... pero sobre todo de CARAS NUEVAS. El principal problema del actual PSOE no es que se le relacione con la crisis económica y con Zapatero, sino que no se le ve como una alternativa, pues llevan muchos años sin una buena regeneración de personas (que son las que importan, y no las ideológicas); en busca de un candidato no muy conocido, que sea capaz de dar ilusión a la clase trabajadora de este país en busca de nuevos objetivos sociales y en busca de otra forma de salir de esta crisis. El día que el PSOE encuentre una persona así (que las ahí en el partido, que conste), vaya más a la izquierda y sea un partido del que Pablo Iglesias se pudiese sentir orgulloso, volverá a crecer y a poder tener aspiraciones a gobernar, sino la encuentran y siguen con los que llevan 30 años en política (Gaspar Zarrías, Alfonso Guerra...), dificilmente no seguirá bajando hasta que solo sea un poso en el recuerdo de los más ancianos cuando sus nietos les pregunten: Abuelo, ¿Qué era el PSOE?
Mapa por provincias de aquellas elecciones |
¿Qué ha ocasionado tal desgaste, y lo peor de todo, no ver al horizonte una subida? Muy fácil de responder, una de las preguntas más sencillas a las que me he tenido que enfrentar en los últimos días. En 1982 el PSOE (o incluso en el 2004), da la esperanza de un cambio, de otra manera de hacer las cosas, de la construcción de un buen estado del bienestar (cosas que consiguió, aunque al final no fue muy bien en economía)... pero sobre todo de CARAS NUEVAS. El principal problema del actual PSOE no es que se le relacione con la crisis económica y con Zapatero, sino que no se le ve como una alternativa, pues llevan muchos años sin una buena regeneración de personas (que son las que importan, y no las ideológicas); en busca de un candidato no muy conocido, que sea capaz de dar ilusión a la clase trabajadora de este país en busca de nuevos objetivos sociales y en busca de otra forma de salir de esta crisis. El día que el PSOE encuentre una persona así (que las ahí en el partido, que conste), vaya más a la izquierda y sea un partido del que Pablo Iglesias se pudiese sentir orgulloso, volverá a crecer y a poder tener aspiraciones a gobernar, sino la encuentran y siguen con los que llevan 30 años en política (Gaspar Zarrías, Alfonso Guerra...), dificilmente no seguirá bajando hasta que solo sea un poso en el recuerdo de los más ancianos cuando sus nietos les pregunten: Abuelo, ¿Qué era el PSOE?